Bwana
Bwana
Concha de Oro ex aequo en el Festival de San Sebastián l996, la película tiene dos de sus mejores elementos en la fotografía de Javier Aguirresarobe —también premiado— y en la música de José Nieto.
Un taxista y su mujer, con sus dos niños, van en un día de fiesta hacia una apartada caleta de Almería. El taxista muestra su cobardía antes los dueños —contrabandistas— de un chiringuito, donde comen. Solos en la playa, cogen coquinas. Un sainete costumbrista, con la desenvoltura cómica de Pajares, la Barranco, y los niños.
Braveheart
Braveheart
Después de su magnífico debut tras la cámara en El hombre sin rostro, el actor Mel Gibson vuelve a demostrar en Braveheart —de la que es director, protagonista y productor— una poderosa personalidad visual, una gran hondura dramática y, sobre todo, su capacidad de asumir riesgos.
Inspirándose en la leyenda medieval en verso atribuida al poeta Blind Harry, la película recrea la agitada vida de William Wallace (Mel Gibson), carismático caudillo escocés del siglo XIII, que encabezó una violenta revuelta contra el corrupto y despiadado rey de Inglaterra Eduardo I. Al mando de sus desharrapadas huestes, Wallace reunió a los nobles escoceses y mantuvo en jaque durante años al poderoso y organizado ejército inglés, infligiéndole una humillante y mítica derrota en los campos de Stirling. Más tarde, la traición echaría por tierra sus heroicos esfuerzos.
Blanco disparatado
Cible emouvante
Opera prima, comedia negra de humor, y sentimental. Más que argumento, se hilvanan situaciones disparatadas y cómicas entre estos tres personajes: un maduro profesional del asesinato a sueldo, un joven aprendiz, y una joven ladrona a la que deberían asesinar, pero la inexperiencia del joven hace que fracasen y ella se una a los dos hombres. Sobre la base de estas tres columnas se construye esta comedia surrealista, que es al mismo tiempo una crítica y burla a famosas películas del género negro. Una y otra cosa permiten al director y al guionista —Premio al mejor guión en la Mostra de Valencia 1994— hacer reflexiones y aportes personales, en los que a veces la película decrece en interés y ritmo. Además de una interpretación sobresaliente de los protagonistas, en especial de Jean Rochefort, en conjunto es una aportación cinematográfica original y nueva, con hallazgos de auténtica comicidad. P.A.U.
Boys Don’t Cry
Boys Don’t Cry
Basada en un hecho real, acaecido a finales de 1993, esta película recrea los últimos días de Teena Brandon, una chica de 20 años que se hace pasar por un chico en la pequeña ciudad de Falls City (Nebraska), que no era la suya. Al quitarle la novia a uno de los líderes del grupo en el que se ha introducido, provoca una reacción violenta, que acaba en crimen múltiple al descubrirse su identidad sexual.
Blues Brothers 2000. El ritmo continúa
Blues Brothers 2000
Dieciocho años después de Granujas a todo ritmo, llega la secuela. Mismo director, mismos planteamientos. Elwood sale de prisión. Su hermano Jake ha muerto, pero eso no le impide acudir a viejos y nuevos amigos para recomponer la banda de los Blues Brothers. El sencillo argumento sirve para presentar los esperados números musicales y un puñado de situaciones cuyo humor se basa en el absurdo.